Chinatown es uno de los filmes más memorables de la que posiblemente sea la década más memorable del cine estadounidense. Incluido de manera habitual en las listas de las mejores películas de la historia, su exquisita mezcla de clasicismo y modernidad, nostalgia y desencanto, belleza y sordidez, le han garantizado un lugar especial en el corazón de numerosos cinéfilos, pero hasta ahora nadie había contado al detalle la increíble historia real que rodeó tanto la preparación como el rodaje de este auténtico hito de Hollywood. Tomando la realización de Chinatown como punto de partida, Sam Wasson va mucho más allá del simple «cómo se hizo» para explorar y contextualizar el filme como un punto de inflexión en la cultura general, retratando el glorioso periodo que lo alumbró y entretejiendo de paso las vidas de cuatro individuos sumamente imperfectos (Jack Nicholson, Roman Polanski, Robert Evans y Robert Towne) y el modo en que llegaron a coincidir una sola vez para crear una obra de arte casi perfecta.