Una selección de los mejores artículos de Rafael Sánchez Ferlosio sobre la enseñanza. «Es el mejor Cervantes que se ha dado en España».
Juan Goytisolo Decía Ferlosio que las cuestiones por las que se interesaba apenas pasaban de «seis o siete», y añadía que, «con el paso de los años y de las recurrencias», algunas acaban abriendo tuberías de comunicación con las otras, por lo que no era raro que esas «seis o siete» cuestiones se fueran «fundiendo y reduciendo». Sin duda, una de ellas es la cuestión de la enseñanza, es decir, la forma en que cabe transmitir el conocimiento, los modos en que éste es adquirido. De esa centralidad ofrecen un testimonio los textos reunidos en el presente volumen, que comprenden un arco temporal de cuatro décadas, las que van de 1972 a 2012.Las ideas fuertes de Ferlosio en lo relativo a la enseñanza parten de su convicción de que «toda educación es constrictiva», por cuanto entraña «un proceso de apropiación social del niño por el medio». En lugar de eso, lo que corresponde más bien es instruir al niño, es decir, brindarle el acceso a unos conocimientos que, «exentos de toda clase de orientaciones prácticas y juicios de valor [...] no pueden ni deben, de ninguna manera, dejarse dirigir por ninguna finalidad educativa». Pues de lo que se trata, o de lo que debería tratarse, al menos en la escuela, es de transmitir conocimientos, y los conocimientos, en sí mismos son radicalmente impersonales. De ahí que lo más consecuente sea que en el proceso de la enseñanza prime el «principio de impersonalidad», principio que debería regir el lugar público en que los conocimientos se imparten y que debería revestir la relación de los alumnos con sus profesores.De uno a otro de los textos aquí compilados, escritos a veces con muchos años de distancia, es fácil apreciar motivos recurrentes, argumentos y observaciones a los que Ferlosio vuelve para connotarlos cada vez de manera distinta, y que terminan por conformar una urdimbre coherente y compacta, que da cuenta de la forma tan lenta y progresiva en que madura sus ideas, imbricándolas unas con otras. La vigencia que mantienen todas las piezas reunidas es indicativa de la profundidad de sus planteamientos, que siguen incidiendo con toda pertinencia en cuestiones de permanente actualidad.Sobre el autor y su obra se ha dicho:
«Si se me pidiese un nombre, uno solo, entre los surgidos en la literatura española de posguerra, con categoría suficiente para afrontar la inmortalidad literaria, yo daría, sin vacilar, el de Rafael Sánchez Ferlosio».
Miguel Delibes «Gramático anfetamínico, grafómano patológico, plumífero hipotáctico —demasiadas esdrújulas para un hombre tan poco dado al perifollo—, Ferlosio es, en definitiva, lo que se dice un clásico en vida».
Ernesto Baltar, Jotdown«Los pecios de Ferlosio son... ferlosianos. Están escritos como si partiera de cero, del vacío... No sé si alguna vez fueran restos del naufragio, pero ya tienen categoría de género en sí mismos».
Gonzalo Hidalgo Bayal «Entre los autores de mi generación o de las anteriores, sólo me interesa Ferlosio, que es el mejor escritor español».
Juan Benet«Si la vida intelectual española ha tenido un clérigo auténtico, sin duda ha sido el maestro Rafael Sánchez Ferlosio».
Jordi Amat, La Vanguardia