Cécile Ladjali: [...] ¿Cuál sería, en nuestros días, la función del profesor?
George Steiner: Una especie de mártir. [...] Siempre digo a mis alumnos: «Uno no transige con sus pasiones. Las cosas que voy a tratar de presentarles son las que más me gustan». [...] Si un estudiante percibe que uno está [...] poseído de alguna manera por aquello que enseña, es un primer paso. Quizá no esté de acuerdo; [...] pero escuchará: se trata del milagroso instante en que comienza a establecerse el diálogo con una pasión.
Este diálogo entre Cécile Ladjali, una joven profesora agregada de literatura del liceo de un suburbio parisino, y George Steiner, erudito y profesor de renombre internacional, da pie a un intercambio de puntos de vista acerca del recurso a los clásicos, la puesta en práctica de una pedagogía de la exigencia y la satisfacción de enseñar y de recibir. De la experiencia de Cécile Ladjali, empeñada en que sus alumnos sean capaces de pensar por sí mismos, nace esta larga conversación con George Steiner. De la lucha empecinada de una profesora contra la amnesia planificada de muchos de los actuales sistemas educativos surge esta reflexión dialogada, que no sólo elogia la transmisión del saber, sino la de una actitud en la que ninguno de los dos polos educativos ha de sentirse ajeno al instinto compartido de crear al lado de nuestros semejantes.