Filosofía y poesía, libro nacido en el exilio y del exilio, "en un otoño de indecible belleza", le permite a María Zambrano reflexionar sobre la clase de delirio que acompaña a toda palabra. El filósofo se empeña en poseerla. El poeta es su esclavo. Mientras la filosofía principia con una pregunta, la poesía se dirige, sin dar explicaciones, a una respuesta. Ambas aspiran a lo absoluto y se mueven hacia la revelación por vías no convergentes.