La Tierra no es una simple suministradora de materias primas para la humanidad. Es nuestro cuerpo externo, nuestro espacio vital, nuestro hogar. Unos de los mayores retos del siglo XXI es aprender a convivir en la biosfera. Este es el propósito de la ecosofía. ¿Resulta suficiente estudiar la Tierra como un objeto, con las herramientas de la ecología y de las ciencias naturales? Hace cerca de medio siglo, tres pensadores eminentes, procedentes de mundos filosóficos distintos, llegaron a la misma conclusión: necesitamos ecología, sí, pero necesitamos aún más, ecosofía. Panikkar fue el primero en llegar a esta idea y quien la exploró más a fondo.
La ecosofía es al mismo tiempo nuestro conocimiento sobre la Tierra y la sabiduría de la Tierra misma, que hemos de intentar escuchar. La ecosofía quiere honrar la conciencia ecológica y a la vez ampliarla desde una perspectiva intercultural. Se distingue de una ecología que, mediante el llamado desarrollo sostenible, busca prolongar el actual status quo. Plantea un cambio radical de percepción tanto del hombre como de la Tierra. Trata a la Tierra misma como a un ser vivo.