Aunque es una península modesta y dividida, Corea promete brindar una inmensa variedad de experiencias que el viajero nunca podrá olvidar. La cocina coreana y las costumbres y honradez de su gente van a desempeñar un papel fundamental para completar un increíble viaje por los 5000 años de cultura e historia que cuentan sus modernas ciudades y aldeas más tradicionales. La excelente red de transporte permite observar la contemporaneidad arquitectónica y el frenesí de los barrios de Seúl, retirarse a la tranquilidad de los templos y palacios que forman su patrimonio, hasta descubrir pueblos perdidos y dormir en pensiones instaladas en hanoks (casas tradicionales de madera). Siempre cerca de la naturaleza, ya sea mar o montaña, Corea no va a decepcionar al viajero.