Aunque la comunidad de Asturias posee unas dimensiones relativamente reducidas, su patrimonio etnográfico y arquitectónico es asombroso. Asturias ha sabido conservar unos pueblos casi inalterados desde hace siglos, manteniendo la arquitectura popular en un estado envidiable.
Así en Asturias, todavía podemos descubrir pueblos con un gran encanto, donde el paso del tiempo parece haberse detenido.
En este volumen encontrarás 30 propuestas de pueblos que merece la pena conocer, en unas ocasiones, por el espacio natural que los rodea, en otras por el ambiente rural, prácticamente igual que el de hace siglos o por su patrimonio arquitectónico excepcional; también su historia, leyendas, antiguos oficios o diferentes formas de vida los convierten en lugares singulares.
Todo ello dividido en tres áreas geográficas muy diferenciadas que originan estructuras de pueblos distintos: las villas marineras como Tazones, Castropol, Lastres, Puerto Vega o Viavelez, con casas que se pegan unas a otras,
trepando por los acantilados que miran al mar. Los suaves valles centrales con pueblos como: Tuña, Torazo, Colombres, Espinaredo, Alles… con unas formas de vida rural tranquila y la tercera zona es la de los pueblos de montaña como Bulnes, Amieva, Sotres, La Focella, Taranes o Viboli, generalmente pequeños pueblos de casas apiñadas, asentados a una cierta altura sobre las laderas o en pequeños valles que se forman en el interior de la Cordillera Cantábrica.
Además son muchas las rutas de montaña que se proponen para realizar en torno a estos pueblos por lugares auténticamente espectaculares: grandes cumbres calizas, como Picos de Europa; encantadores valles de montaña, como el valle del Pigüeña y fascinantes bosques, como Muniellos o Hermo.