Pueblos de la prehistoria, tribus africanas, comerciantes bereberes, árabes, romanos, judíos y cristianos labraron a lo largo de miles de años la Extremadura que hoy sorprende al visitante en cada rincón de su geografía. Sus capitales desbordan un patrimonio lleno de dólmenes prehistóricos, teatros romanos, fortalezas almohades, ostentosos palacios y solemnes monasterios asomados al vacío, pero esta no es una comunidad de populosas ciudades sino de privilegiados paraísos que ven la luz en pequeñas poblaciones (blancas al sur y serranas al norte), riberas, valles, gargantas, montañas y dehesas.