Los nueve textos que componen este libro pertenecen a diversos géneros de la escritura histórica: el estudio de un caso concreto, el comentario, el balance historiográfico y la reflexión metodológica.
La alfabetización iniciada en los últimos siglos de la Edad Media y la extensión de la imprenta transformaron toda la cultura europea. La circulación y la recepción de textos escritos es, pues, un factor central en el proceso de civilización, tal como lo estudió y definió Norbert Elias. La producción y difusión de textos contribuye, por un lado, a la imposición de normas restrictivas que van a la par con la construcción del Estado moderno y, por el otro, crea un ámbito de intimidad que se sustrae a la esfera pública y contribuye a fundar un nuevo espacio crítico y de debate frente a la gestión del Estado.
Al proponer una historia de las representaciones como alternativa a la historia de las mentalidades, Roger Chartier abre nuevas perspectivas para la comprensión de la multiplicidad y diferenciación de la práctica cultural en la era moderna, que es una era del texto. En ejemplos concretos de obras famosas, como La Celestina o El lazarillo de Tormes, entre muchas otras, muestra en qué medida la lectura, la interpretación y la difusión de estas obras son modelos de producción de significación y, por tanto, construcciones culturales.