El Japón rural del siglo pasado es el escenario de estos relatos firmados por una de las voces más apasionantes del manga moderno. Nieve roja habla de un mundo perdido, lejano en el tiempo pero aún increíblemente sugerente, marcado por estaciones difíciles y el arduo trabajo que se necesita para arrancar de la tierra lo necesario para vivir. Campesinos, artesanos, bandas de niños luchadores, monjes budistas a caballo entre la espiritualidad y las tentaciones eróticas, mujeres fuertes y testarudas, víctimas de la violencia y el abuso: el de Katsumata es un cuadro pintado con tonos de crudo realismo, donde sin embargo no faltan las criaturas mitológicas y sobrenaturales.
Nieve roja es una obra maestra del gekiga, historias agridulces, poéticas y surreales, una ventana a la esencia del Japón más profundo.