La renuncia voluntaria a los privilegios hereditarios de la aristocracia, la voluntad científica de su pensamiento, así como el estilo de su escritura, claro y pedagógico, hacen de Piotr A. Kropotkin (1842-1921) el pensador anarquista más admirado y respetado tanto dentro del mundo libertario como fuera de él. Antes pensador que activista -al menos a partir de 1886, cuando ya hubo cumplido varias condenas de cárcel y, como tantos otros, hecho del exilio su medio natural-, publicó La moral anarquista (1889) como parte del proyecto, más ambicioso, de alumbrar una ética elemental que, en estrecha conexión con la zoología, otorgase una base científica a su teoría crucial del "apoyo mutuo", sentando las bases del llamado anarcocomunismo o comunismo libertario. La introducción que antecede al texto deslinda de forma esclarecedora los numerosos factores que hacen de la vida y de la obra de Kropotkin un referente esencial aún -o acaso más que nunca- para el mundo moderno.Prólogo de Carlos Taibo