En el verano de 1991, mientras el mundo contempla expectante el golpe de Estado a Gorbachov, en un sofocante apartamento de Nueva York un grupo de emigrantes rusos se reúne alrededor del lecho de muerte de Alik. Postrado en la cama, este fallido pero carismático artista, hombre enérgico y enamorado de los placeres mundanos, es capaz de alegrar incluso su propio velatorio. Mientras espera su hora, sus seres queridos recuerdan las experiencias compartidas y sus vidas antes de abandonar su país natal, se enzarzan en debates sobre qué mujer fue la amante favorita del enfermo o si deberían bautizarlo, y se mantienen atentos a las noticias sobre los inminentes cambios en la Unión Soviética, que, como Alik, se enfrenta a su fin. Elogiada por la crítica internacional, que ha comparado su talento con el de los grandes autores rusos de todos los tiempos, Liudmila Ulítskaya captura, con humor y gran profundidad psicológica, la complejidad de las emociones humanas, y nos descubre un nuevo modo de mirar la muerte y saborear la vida.