El día que Estados Unidos celebra la victoria sobre Japón, Roscoe Conway decide retirarse de la política tras haber regido, de manera particular y poco escrupulosa, el Partido Demócrata de Albany, capital del estado de Nueva York, durante más de medio siglo. Cuando está a punto de hacer pública su dimisión, recibe la noticia del suicidio de su amigo Elisha Fitzgibbon, ex alcalde demócrata de Albany y ex candidato a gobernador del estado. La muerte de Fitzgibbon desata todo tipo de rumores y a Conway no le quedará más remedio que repasar los últimos veinticinco años de su vida para comprender las razones que han llevado a su amigo al suicidio. La pérdida temprana de su verdadero amor, las luchas por el control del partido, sus relaciones con los gánsteres irlandeses, el amaño de distintas elecciones, el control del contrabando de alcohol y del juego, son parte de los recuerdos que van acudiendo a su memoria y que terminan conformando el retrato del poder político y económico en Albany durante la primera mitad del siglo XX.