A veces un pequeño detalle lo puede decidir todo: el que condiciona la carrera de un joven funcionario, un tanto ingenuo, del Ministerio de Asuntos Exteriores francés es el maletín que le ha regalado su madre por su primer trabajo. El día de su toma de posesión, el jefe de personal tropieza con él y destina a su dueño al departamento de «Países en vías de creación. Sección Europa del Este y Siberia»: el frente ruso. Utilizando este peculiar negociado como base de operaciones nuestro hombre intentará hacer carrera en el ministerio, aunque sus intentos no siempre tendrán éxito. El ambiente en el que desempeñará su trabajo está poblado por una peculiar fauna una secretaria hippy a punto de jubilarse, un informático fantasmón, un jefe inepto o un compañero trepa- que le resultará familiar a todo el que haya trabajado en una oficina alguna vez.