Considerado uno de los textos fundadores del feminismo moderno, Una habitación propia (1929) puso en circulación ideas como la importancia de la independencia económica de la mujer y la necesidad de refutar su representación histórica en calidad de pura musa del artista. La célebre sentencia que le da título, «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción», sigue resonando en nuestro tiempo y llamando a vincular lo personal y lo político. La presente edición cuenta con la insuperable traducción de Jorge Luis Borges, que ya en vida de la autora la llamó «una de las inteligencias e imaginaciones más delicadas» de la literatura inglesa y notó que, en este libro construido con gracia musical, «alternan el ensueño y la realidad y encuentran su equilibrio».