La Inglaterra del siglo VII estaba dividida en pequeños reinos que se iban fusionando no sin violencia. Una nueva religión empieza a emerger mientras los antiguos dioses se tambalean con la preocupación de sus sacerdotes. Hild es la menor de las sobrinas del rey de Northumbria, posee una mente brillante que le proporciona una autoridad natural; esta mujer fascinante se acabará convirtiendo en una de las figuras centrales de la Edad Media: Santa Hilda de Whitby.
Ya desde su niñez, Hild muestra una enorme capacidad de observación de todo lo que la rodea, por lo que puede predecir lo que sucederá. Una misteriosa cualidad, incluso sobrenatural, para aquellos que la rodean.
Con sangre, sobornos y falsas creencias, su tío, Edwin de Northumbria, conspira para ser el rey de los anglos. Hild se convierte en su consejera y su vidente indispensable para no llevar al rey por un camino lleno de espinas que pueden significar la muerte para Hild, su familia y sus seres queridos.
Hild es una joven mujer que se desenvuelve en el corazón de la vio-lenta, sutil y mística Alta Edad Media, un periodo que es descrito con rigor y de manera brillante por el talento de Nicola Griffith; sirviéndose de los pocos archivos conservados de la época, ha conseguido dar vida a un periodo tan majestuoso como salvaje.