Que los rituales son un rasgo básico y compartido del ser humano lo ha aprendido Ignacio Jáuregui de la manera más directa: a base de encontrárselos por todos los rincones del mundo. De los bar mitzvah celebrados junto al Muro de las Lamentaciones al funeral por un magistrado inglés, o de la puesta de largo de unas adolescentes birmanas a un partido de máxima rivalidad en Chiapas, el autor pasea su mirada, a la vez despegada y atenta, por ceremonias religiosas y civiles que le salen al encuentro. El resultado es un mosaico fascinante que dibuja, por agregación, una idea del ritual como mecanismo de reconocimiento en un nosotros, como cadena de transmisión en el tiempo, como vehículo de codificación de sentimientos.