«La cosecha más importante para el campesino es ese intercambio invisible de vibraciones con las plantas».
Joan Carulla Figueres lleva un siglo adelantándose a su tiempo. Ya de niño tuvo sus primeras intuiciones, como la de convertirse en “generador de amor”. De su padre aprendió el ofi cio de campesino en Juneda (Lérida) y de mayor se convirtió en “el abuelo de los tejados verdes” en el corazón de Barcelona. Conocido también como el payés urbano, Carulla ha sabido convertir su “añoranza del campo” en una solución real ante el cambio climático. Su azotea “comestible” en el quinto piso, con 40 árboles frutales e hileras interminables de vegetales, lleva marcando el camino de las ciudades verdes desde hace medio siglo.
Fue ecologista sin saberlo. Vegetariano por convicción y necesidad. Testigo de tres monarquías, dos dictaduras y una república. Pacifista desde la guerra civil, que le pasó por encima. Pionero también de la era de los supermercados y presidente del Gremio de la Alimentación. Pero esta es solo parte de la historia... A lo largo de su vida, Joan Carulla no ha dejado de teclear sus ideas y recuerdos en su querida Olivetti. Y lo sigue haciendo a sus 100 años, en estas páginas escritas mano a mano con su amigo y periodista Carlos Fresneda, compañero de viaje en esta apasionante singladura por su siglo verde.
Carlos Fresneda trabaja como corresponsal de El Mundo en Londres y es también autor de Querido hijo, La vida simple, El Rey de las alcantarillas y Mirar Madrid.