Zorro llega al parque y todos le preguntan muy preocupados si se encuentra bien. Él está feliz y no entiende qué pasa. Lo que ocurre es que Zorro lleva una camiseta azul, y el azul es el color de la tristeza, ¿no? Su amiga Osa le pone inmediatamente un jersey amarillo. Ahora sí, todo está bien. Pero, ¿por qué los colores tienen que reflejar las emociones que sentimos? ¿Y si pudiéramos utilizarlos como quisiéramos? ¡Incluso mezclarlos!
Luis Amavisca y Alicia Acosta, juntos de nuevo tras ¡Vivan las uñas de colores! y La muñeca de Lucas, en un libro que habla de emociones sin necesidad de identificarlas con los colores.