Sus coloridas casas al borde de los canales son conocidas por todos. Con restaurantes creativos, algunos de estrella michelin; interesantes mercados y fabulosos museos, como el Nationalmuseet, todo el mundo encuentra su lugar en esta transgresora ciudad. Para aquellos que buscan alejarse de las multitudes se puede disfrutar de una experiencia llena de singulares barrios, entre los cuáles Nørrebro y Østerbro, y sus tranquilos jardines. Tomarse un chupito de akvavit y degustar las populares frikadeller es indispensable antes de abandonar la capital escandinava.