«Si pudiéramos escuchar al futuro, esta sería su voz. Gabriela Jauregui ha hecho hablar al tiempo» Emiliano MongeEn el día 0 o El Peor Día, Diana recibe una llamada: Eugenia, su amiga, su hermana, fue asesinada.
La vida de la comuna, el espacio formado por cuatro amigas y habitado por sus círculos extendidos de manera itinerante, nos llega como el eco de una explosión a través de la investigación de unas archivistas del futuro. «Abajo, sabemos que nuestro archivo es antes que nada, una promesa», escriben ellas al tiempo que nos cuentan las historia de las cuatro amigas: Diana y sus visiones, proféticas o sintomáticas, a manera de relámpagos de lenguaje; Saratoga, que puede extraer música del mundo con el toque más leve; Yunuen y su búsqueda constante por darle forma y coherencia a una realidad en permanente disolución y Eugenia, quien terminó su viaje en Teotihuacán, donde trabajaba en una excavación arqueológica mientras se adentraba en una lucha comunitaria contra otro tipo de excavación letal: el extractivismo.
En la primera novela de Gabriela Jauregui, el lenguaje genera un espacio de turbulencia y tensión entre el pasado de lengua domesticada y la posibilidad feral y desaforada del futuro. Feral es un viaje por los túneles del tiempo desde donde se construye el saber que explica las ruinas de nuestro presente. Un saber que es preciso reconstruir y recontar porque, como dicen las archivistas, «algún día este archivo será jardín».