Umberto Eco es mundialmente conocido por su novela El nombre de la rosa, que fue la quintaesencia de una ficción posmoderna inventada por un profesor italiano de semiótica, un especialista en filosofía medieval y en lingüística, pero al mismo tiempo un extraordinario autor de artículos periodísticos para los medios de comunicación. En las investigaciones de Eco –apasionado fan del fútbol e insuperable Sherlock Holmes de la semiótica– se borran los límites entre la cultura «alta» y la «baja».
Eco es un intelectual comprometido con la interpretación de las prácticas cotidianas. Para él, el fútbol es una metáfora, un tema y un vehículo para interpretar los matices y excesos de la fascinación humana con ideales, a los que la cultura convierte en obsesiones por las celebridades del deporte. El fútbol es más que un juego; es un sistema de signos que codifica las experiencias y le da significados a diversos niveles.
Permite al espectador leer la vida con ayuda de los recursos mediáticos que orientan y controlan nuestra visión de las experiencias.
Umberto Eco y el fútbol muestra a Eco entregado a la crítica cultural, quien avanza por los caminos sinuosos de los signos de la cultura con la mirada aguda y atenta a los detalles olvidados del gran texto de la vida, sus equívocos e interpretaciones erróneas.