La obra tardía de Jean-François Lyotard revela una profunda sospecha acerca de lo «inhumano»: es el proceso que nos deshumaniza por medio de las fuerzas del «desarrollo» (del capitalismo avanzado) y que, en casos extremos, incluso nos va a sustituir por la tecnología de los ordenadores. El poder desenfrenado de la «tecnociencia» hace temer a Lyotard por nuestro futuro y él nos exhorta a resistir a la corriente hacia el «inhumanismo».
Sin embargo, si miramos alrededor nuestro, observamos que lo inhumano ya nos acompaña en muchas formas. La tecnología médica, la inteligencia artificial y la vida artificial son tres ejemplos evidentes.
Las fronteras entre humanidad y tecnología se están borrando progresivamente y hay muchos que están dispuestos a defender esta tendencia por considerar que es nuestro futuro. Lo que está en juego en este debate es la concepción misma de lo que quiere decir ser humano. La pregunta de Lyotard: « ¿Qué ocurriría si lo “propio” de la especie humana consistiera en que lo inhumano le es inherente?» es una cuestión que tiene implicaciones importantes para todos nosotros.