Las ideas de Baudrillard sobre el milenio son particularmente representativas de su pensamiento y ayudan a acercarse a sus análisis de la cultura y la historia. En este sentido, su inquietante afirmación de que «el año 2000 no tendrá lugar» debe ser contextualizada en su personal concepción de la historia como una ficción culturalmente construida a partir de una sucesión lineal de eventos. La función de los medios de comunicación consiste en acelerar los acontecimientos en todas las direcciones al mismo tiempo, de modo que escapen a las coordenadas espacio-temporales. A diferencia de otros pronósticos, el milenio no puede ser ningún final, ya que los finales, justamente, son parte de la inexistente historia lineal.
Baudrillard y el milenio se ocupa de los planteamientos más recientes del célebre pensador francés acerca de las catástrofes naturales, el cuerpo, la «cultura de la víctima», la identidad y los virus de Internet. Pese a su visión sombría de la realidad y su tono a veces cáustico, Baudrillard también nos hace partícipes de su sentido de la ironía, identificando posibilidades enigmáticas y giros sorprendentes para entender la realidad.