Junto a Copérnico, Galileo o Newton, Albert Einstein fue un genio indiscutible cuyos descubrimientos matemáticos revolucionaron la física y la cosmología. Sin embargo, lo que lo distingue de ellos es su arraigo como icono en el imaginario colectivo de la Modernidad: Einstein es un tótem popular, la Marilyn Monroe de la ciencia.
Sin embargo, paradójicamente, cabe preguntarse cómo ha podido adquirir tal condición cuando sus ideas solo son inteligibles a unos pocos especialistas. La respuesta se encuentra en el hecho de que Albert Einstein es quizá el último científico antes del nacimiento de la Gran Ciencia, cuya aparición preludia con sus aportaciones.
Efectivamente, el siglo XX ha sido testigo de avances científicos y tecnológicos sin precedentes. Pero la búsqueda del conocimiento ha llevado a la comunidad científica a regiones cada vez más alejadas de la experiencia cotidiana común, accesibles solo con ayuda de instrumentos de observación, medición y experimentación que precisan de enormes y costosas inversiones en tiempo y recursos de toda índole. Cuando entra en juego este instrumental, se habla de la Gran Ciencia.
Además de una clara y breve introducción a las ideas principales de Einstein, este ensayo nos ofrece una serie de revelaciones fascinantes sobre los conflictos sociológicos suscitados entre la Gran Ciencia y la cultura popular, una problemática planteada en los tiempos del propio Einstein, pero aún plenamente vigente, acaso con mayor agudeza, en nuestro presente.