Celtiberia. Año 73 a. C.
Calagurris Nassica, enclave hispano fiel al general rebelde Quinto Sertorio, y asediada por tropas senatoriales, está sin apenas víveres y con los efectivos justos. En una situación límite. Una exigencia tal vez excesiva para Kalaitos, el joven legado hispano llamado a dirigir su defensa.
La ciudad, a orillas del río Sidacia, es un bastión de vital importancia para los intereses del militar rebelde. Sin embargo, no es la falta de alimentos y hombres el único problema al que se enfrenta Kalaitos. Pirreso, jefe de los guerreros celtíberos del oppidum, se niega a cederle el mando de las operaciones. Ultinos, caudillo indiscutible de la ciudad, duda, y simplemente observa las violentas discrepancias entre los dos líderes.
Y mientras todos esperan una ayuda que no llega, un complot parece haberse puesto en marcha para forzar la rendición del baluarte. Aunque todavía carece de las pruebas que lo demuestren, Kalaitos sospecha de Sorban, el heredero de Ultinos, y de Kiara, la voluptuosa hechicera de la ciudad.
Un mensajero trae la noticia del asesinato de Quinto Sertorio cuando más enconada es la pelea. Se trata de Maldo, un mercenario astur, un ser misterioso con habilidades que pronto se demuestran excepcionales.
Muerto el hombre que justificaba la lucha contra Roma, la ciudad de Calagurris debe decidir ahora si se rinde o resiste. Hasta el final. Hasta las últimas consecuencias