Pocas veces en la memoria de un viajero ha habido un país tan hechizante como Turquía. Su patrimonio artístico e histórico es inagotable y contiene dos de las siete maravillas del mundo. Pero Turquía es un país enorme, imposible de abarcarlo en un solo viaje. Por ello, esta guía se está dedicada a los espacios más demandados por los viajeros: Estambul, Capadocia y la costa del mar Egeo.
Estambul es la única ciudad del mundo atravesada por un brazo de mar: el Bósforo. Visitarla es como viajar en el tiempo y vislumbrar la antigua Constantinopla gracias a los numerosos vestigios. La riqueza de su historia y la influencia de varias culturas la convierten en un lugar excepcional.
Tras la erupción de las montañas Erciyes, Hasan y Göllüdag hace dos millones de años, los restos volcánicos depositados en los valles dieron origen al encantador paisaje de Capadocia. Este lugar de aspecto lunar está formado por colinas, escarpados acantilados, profundos cañones, características chimeneas de hadas y sinuosos ríos.
La costa del Egeo es una costa única que combina unas playas limpias junto a un patrimonio arqueológico de un valor incalculable.