El niño bien equilibrado cuenta de forma sencilla, amena y precisa cuál es el proceso del desarrollo motor durante los primeros años de vida del niño, subrayando la importancia del movimiento y, en especial, del equilibrio como primer sistema sensorial en madurar.
Nos habla, además, de la trascendencia de la experiencia sensorial de los niños, enfatizando aspectos como la música y la alimentación, del efecto de los reflejos primiticos retenidos, así como de las múltiples oportunidades que nos brinda el entorno para favorecer el desarrollo cerebral. Todas ellas, cuestiones cruciales para el aprendizaje posterior.