Edward Hopper (Nyack, Nueva York, 1882 - Manhattan, 1967) es, probablemente, el pintor realista norteamericano más conocido del siglo xx. Su estilo severo, con fuertes contrastes de luz y sombra y una característica desnudez en la composición, refleja su visión de la vida moderna en ese continente. Al mismo tiempo, el realismo y la sobriedad de sus pinturas le alejan claramente de las corrientes europeas de la época y de la abstracción, muy en boga tanto en Europa como en Estados Unidos. Esta fue una de las obsesiones de Hopper: independizar el arte americano del europeo y defender su carácter particular y autóctono. A pesar de no haber tenido ni alumnos ni discípulos, son muchos los artistas que le citan entre las figuras de mayor influencia en su obra, entre ellos Willem de Kooning y Mark Rothko. También es innegable su influencia en el mundo del pop art, el cine y la publicidad. La pintura de Hopper tiene una extraña capacidad de permanecer en el ojo del observador. Vista una casa de Hopper, todas las casas de ese estilo que veamos tendrán siempre algo de la casa pintada por él.