Lazaga, el cronista no responde a los cánones que se utilizan habitualmente para glosar un periodo histórico, ya que se sirve para ello del análisis de las películas dirigidas por un único cineasta: Pedro Lazaga. Dominador como pocos de la técnica cinematográfica y autor de una extensa obra dentro del cine comercial, sus cerca de cien filmes lo consagran como un sorprendente relator del pensamiento de la clase social que acabaría siendo la verdadera protagonista de los últimos años del franquismo y de la Transición. El cine es arte, es entretenimiento, pero también es testimonio. Mientras que las películas de autor evidencian las tensiones éticas y estéticas que hacen avanzar a una sociedad, las películas de consumo suelen ser fiel reflejo de las costumbres y forma de pensar de las capas mayoritarias de la misma. Así, si en Los rastros del imperio se examinaban determinados géneros «ideológicos» para tratar de extraer de ellos los elementos que conformaron el pensamiento de los primeros años del régimen de F