En la localidad mexicana de Pahuatlán ha caído una sequía como si fuera una maldición. Algunos de sus habitantes la abandonan, otros se quedan esperando el retorno de la lluvia. Anoche me soñé muerta es la constelación de sus voces, donde tradición, memoria, premoniciones, lo fantástico y lo humano se amalgaman en las raíces de un relato que mira al pasado y a la urgencia del presente.
Edson Lechuga regresa a su Pahuatlán de Valle natal para rescatarla mística de la narración oral, las historias de sus antepasados y los seres fabulosos que las pueblan. Como escribe Mardonio Carballo en el prólogo: "Nada es más universal que aquello que tiene en su forma, fondo. Y hablar de fondo en un país como el nuestro es hablar de algo serio. Nos bastó voltear al mundo para querer serlo. Y nada grave hay en eso salvo el olvido de lo propio y sus consecuencias. La novela de Edson Lechuga es un recordatorio de ello. Látigo y memoria".