Adam Zagajewski es ya un clásico contemporáneo. Pocos escritores poseen su lúcida inteligencia y su capacidad de observación con tal economía de estilo. En este nuevo libro nos propone una vez más el encuentro luminoso entre la vida diaria y el arte. Envuelto en el magnetismo que ejercen dos ríos franceses, el Garona, en el oeste, y el Ródano, en el este, el poeta evoca, a lo largo de sus cauces, sus amores, sus viajes, los sonidos de la infancia transmutados, casi milagrosamente, en una epifanía.