Los derechos humanos se articulan como ineludible categoría del espacio público; son la vara de medir con la que se juzga el grado de justicia de gobiernos y sociedades. Su configuración, a la fuerza universalista, unida a su origen temporal y contextualizado como conquista de la modernidad occidental, presenta no pocos retos para aquellas sociedades que pertenecen a otros marcos histórico-culturales, como es el caso de las asiáticas, comúnmente descritas, además, como antagonistas de la libertad y los derechos. La presente obra plantea una introducción abarcadora a los derechos humanos desde las principales sedes de pensamiento tradicional en Oriente: el Hinduismo, el Buddhismo y el Confucianismo. En este caso, al conjunto de fuentes primarias de difícil acceso por cuestiones lingüístico-culturales, y por una bibliografía secundaria errática, dispersa y de calidad desigual, se debe añadir el monopolio ejercido sobre esta disciplina por parte de especialistas en historia de las religiones, estudios de área u orientalistas, lo que aún la sitúa muy en la periferia de la filosofía jurídica y política, donde hace ocasional aparición como elemento exótico en números especiales de revistas y volúmenes colectivos, obviándose una batería teórico-conceptual propia que, por otro lado y en buena medida, se desconoce.
Oriente y los derechos, del especialista Miguel Álvarez Ortega, constituye el primer acercamiento monográfico, en español o cualquier otra lengua, a los derechos humanos en las tres grandes tradiciones orientales, donde se incluye un estudio cronológico completo, plural y precedido de las necesarias introducciones a los diferentes sistemas de pensamiento y sus universos normativo-conceptuales. Se trata, así, de una herramienta imprescindible para comprender y poder formarse una idea propia del debate histórico y contemporáneo sobre los derechos humanos en la zona geopolítica de mayor peso poblacional y desarrollo económico del presente.
Junto con esta vocación habilitadora, el autor defiende asimismo en estas páginas su tesis de fondo, según la cual se percibe una clara veta humanista y racionalista en las tres tradiciones orientales que no sólo permite, sino que enriquece, la tarea constructiva y emancipatoria de los derechos humanos, a pesar de los escollos y falsos dilemas habitualmente esgrimidos.