Roberto ‘Bobi' Bazlen fue uno de los lectores más exquisitos del siglo xx, el «tasador» de la literatura centroeuropea en Italia, y su huella puede seguirse en los catálogos de
editoriales como Einaudi y, sobre todo, Adelphi. También fue «el escritor que no escribe», aquel que no publicó libro alguno en vida. Aun así, tras su fallecimiento se encontró "El capitán", novela inconclusa repleta de anotaciones que lo acompañó entre 1944 y 1965, año de su muerte.
"El capitán" es un texto experimental que descansa en varias historias abiertas sobre la vida, el amor y la muerte. Cierta atrofia del sentimiento, una desilusión prematura, el sarcasmo y la angustia de su identidad caracterizan al capitán, un ser «extraordinariamente civilizado» que vaga por los mares en busca de sirenas cuyo canto ni siquiera alcanza a escuchar.
Esta «anti Odisea», como la define Roberto Calasso, nos transporta a un terreno resbaladizo por su mezcla de ingenuidad y desencanto, de proximidad y lejanía, pasión y frialdad.