El Román de Melusina, obra concluida en 1401 por el clérigo y poeta Coudrette, en 7.150 octosílabos pareados en lengua de oïl, es uno de los más bellos ejemplos del renacimiento literario de la gran tradición de la poesía cortés medieval francesa en los primeros compases de la Guerra de los Cien Años, momento en el que el barón Guillermo de Parthenay y el duque Juan de Berry se ven impulsados a batallar, «con la pluma y con la espada», por su predominio en el marco de un país desgarrado por la rivalidad entre Francia e Inglaterra. El afán de ensalzar su estirpe originaria con la mítica del hada Melusina –legendaria fundadora del señorío de Lusignan a mediados del siglo XII y madre de diez hijos marcados por su linaje monstruoso y demoníaco, pero ferviente cristiana a raíz de su boda con el noble caballero Raimondín–, se eleva a los inicios de un destino heroico: la lucha contra el Sacro Imperio y la conquista de los reinos cruzados de Ultramar.