Durante tres décadas, Ferran Adrià ha personificado y
liderado la radical revolución vanguardista de la
gastronomía española, convirtiéndose en referencia de
las nuevas generaciones de chefs de todo el mundo.
Pocas cosas hacían sospechar en la juventud de Ferran Adrià que
acabaría como un visionario. Pero su historia es la de un
autodidacta al que guía el empeño, la voluntad, la obsesión y la
búsqueda.
Sus experimentos, hallazgos, nuevas herramientas y técnicas
impusieron un cambio de mentalidad con un mandamiento para la
legión de seguidores que se formó en aquella cocina: la libertad
creativa radical. Hacer y ejercer lo que a cada uno le viniera en
gana en busca de una identidad propia. Así fue como esa
revolución caló en las generaciones posteriores hasta el punto de
que hoy se siguen practicando sus fórmulas con diferentes
combinaciones sin que haya aparecido hasta la fecha alguien
que lo pueda emular.