Los cristianos creemos y anunciamos que Dios, nuestro padre, se ha hecho hombre en Jesucristo por obra del espíritu Santo, que ha muerto y ha resucitado para liberarnos de la esclavitud del pecado. Creemos, además, que esa liberación se realiza aquí y ahora, en todo tiempo y lugar, gracias a nuestra participación en el cuerpo de Cristo, en la Iglesia, en la que recibimos gratuitamente los dones infinitos de Dios. ¿Qué tiene esto que ver con la economía, con el capitalismo y con la modernidad? Absoluta mente todo. En este libro el profesor Daniel M. Bell Jr. Sostiene que el capitalismo es una negación de todo lo anterior: un rechazo del Dios cristiano y una entronización del mercado y la empresa como los nuevos Salvador de la humanidad. Basándose en la filosofía de Gilles Deleuze y Michel Foucault, demuestra que el capitalismo es una economía del deseo, una economía que somete el deseo humano, lo deforma y lo desvía de su verdadero fin, que es Dios. Al hacerlo, al romper la comunicar de cada hombre con Dios, rompe también su comunicar con el proximo y con el resto de la creación. Esta es, según Bell, la clave para entender la modernidad, que es esencial mente capitalista. Pero Bell nos urge a no perder la esperanza. Como nos demuestra y nos enseña a ver en su libro, Dios está actuando aquí y ahora, Cristo nos está redimiendo aquí y ahora, el espíritu está intercediendo por nosotros e inspirando por todas partes acciones e iniciativas que promueven la economía divina, la economía del don, la economía de la salvación. Bell nos está invitando a una economía Santa.