La vida del impresor catalán Pedro Esteve, figura clave del internacionalismo libertario e íntimo amigo de Errico Malatesta, transcurrió en la época «gloriosa» del movimiento anarquista, primero en España y luego en Cuba y en Estados Unidos, donde murió prematuramente en 1925. Entre los obreros inmigrantes españoles, italianos, cubanos y puertorriqueños de Nueva York, Paterson (Nueva Jersey), Tampa (Florida) o los campos mineros del Oeste, realizó un inmenso trabajo de agitación y propaganda. Allá donde residió, su casa fue lugar de encuentro y visita obligada de anarquistas de muy variadas procedencias. Los periódicos que fundó tuvieron lectores en toda Europa, las Américas y el norte de África. Esta rigurosa investigación desvela las razones por las que se convirtió en un personaje difuso, opaco y escurridizo, que no ha recibido hasta ahora la debida atención.