Si bien es cierto que Manuel Vázquez Montalbán narra las andanzas de Pepe Carvalho en dieciséis novelas –diecisiete si se incluye Yo maté a Kennedy (1972)–, también recurre al relato como forma breve para abordar las aventuras de un detective que ha alcanzado la categoría de mito. Recopilados con el título de Cuentos negros, este volumen ofrece tres modalidades de relatos a la vez diferentes y complementarias: una novela corta, La muchacha que pudo ser Emmanuelle, un conjunto de cinco relatos, y dos ensayos de reflexión sobre los entresijos de la escritura que tienen al más famoso detective de la literatura española por motor o pretexto. Aparecidos entre 1988 y 2000, estos textos acompañan la evolución de la serie Carvalho y de su protagonista y, al igual que los relatos agrupados bajo el título de Cuentos blancos, se publican reunidos por vez primera. Como afirma Georges Tyras en la introducción que abre el volumen, es posible que el cuento sea la forma idónea de la ficción policíaca. Y así lo demuestra Vázquez Montalbán con la maestría con la que escribe unos textos que seducen por la truculencia de los personajes y las divertidas peripecias de la investigación y que tienen como protagonista a Pepe Carvalho. Gastrónomo exigente y amante pasivo, ex agente de la CIA y antiguo militante comunista, letrado distanciado y sociólogo desengañado, Pepe Carvalho examina el mundo desde una postura no sólo escéptica sino aséptica, lo que le permite desentrañar la globalización sin fronteras del vínculo entre política y delito, investigar sobre el cinismo del poder, constatar el estado de degradación en el que está sumido el mundo, todo ello sin olvidar personajes habitados por la ternura y puestos en escena bajo su mirada perspicaz y respetuosa.