En 1952 publicó en Viena la recopilación de relatos titulada Discurso bajo la horca y al año siguiente una versión ampliada: El atado, cuya traducción al español sacamos aquí a la luz. Con el tiempo, su obra se fue haciendo más y más concisa y concentrada. Hasta que llegó un momento en que dejó de escribir. De hecho, su deseo confeso era desaparecer. ?Existir no es ninguna ventaja?, dice. La postura de Ilse Aichinger es la de la resistencia, de la rebeldía, del inconformismo, del no. Esto comporta también una negativa a aceptar el lenguaje vigente. ?Mi lenguaje es una forma de anarquía.? Por eso su obra, que se caracteriza por la discreción y la radicalidad, que está colmada de situaciones de aislamiento y de soledad, está al mismo tiempo llena de una esperanza prístina, depurada, esencial. En el fondo reina allí una sutil alegría.