En una sociedad acelerada e individualista, este libro nos propone una pausa, una mirada hacia la belleza, un viaje al corazón de la filosofía; destacando la importancia de encontrarle un sentido profundo a la vida.
¿Dónde llevar la atención? A la actitud, que es todo y lo único que verdaderamente tenemos. Una buena actitud nos lleva a entender cómo vemos el mundo y cómo lo queremos vivir. A este proceso lo llamamos madurar: un viaje entre lo que queremos, lo que somos y lo que nos vamos encontrando por el camino.
Aquello a lo que llamamos filosofía es nuestra vida, nuestra capacidad de sentir, nuestro íntimo anhelo, la invitación a convertirnos en sabios en el amor, en el cuidado de nosotros mismos, los otros, el mundo y la vida. Podemos avivar este anhelo. Aquí encontramos un hogar y una calidez que nos acompañan, que nos dan sentido y que nos cuidan.
Filósofos/as somos todos/as.