El Rilke que el lector encontrará en este libro es el Rilke viajero. Los siete ensayos reunidos en este volumen ?escritos por algunos de los más destacados especialistas europeos? nos sitúan en cada una de las ciudades en las que el poeta pasó algún tiempo y se le reveló algo crucial para su vida y obra. En Praga (la ciudad en la que nació y vivió una infeliz infancia) descubrió que era posible el acto creativo de la palabra; en Florencia, el arte de aprender a mirar; en París, gracias a Cézanne, cómo superar la inmovilidad ante lo perecedero; en Moscú, la patria misteriosa de sus instintos que jamás le abandonaría; en Toledo y Ronda, un refugio espiritual en plena crisis creativa, y en Múnich, la antesala de un exilio que le conduciría a Suiza, donde vivió el resto de sus días. Allí, hace ahora cien años, acabó sus Elegías de Duino, que dieron un sentido final a ese peregrinar para comprender qué era y qué podría haber llegado a ser Europa, atravesando culturas, países y lenguas.