A comienzos de 1947 los territorios del Indostán que dependían del Imperio Británico alcanzan la independencia. El territorio continental de la India queda dividido en dos países: India y Pakistán (de mayoría musulmana); el odio religioso se extiende por ambos produciendo centenares de miles de muertos y generando un conflicto que todavía perdura. Cuando en Mano Majra, un pequeño pueblo al norte de la India junto a la frontera con Pakistán, el prestamista local es asesinado, todas las sospechas recaen sobre un conocido ladrón sij, enamorado de una musulmana. Las habladurías que provoca el crimen, la llegada de un tren cargado de cadáveres y los rumores de revueltas en otras partes del país terminan enrareciendo la convivencia en el pueblo. Este clásico de la literatura india, publicado por primera vez en 1956, nos recuerda lo sencillo que es incitar al odio y romper la armonía en comunidades que han convivido pacíficamente durante siglos. Tren a Pakistán es una emotiva novela que nos ayuda a comprender la riqueza y complejidad de la India y la de una región de cuya estabilidad depende, en gran medida, la paz mundial.