La psiquiatría dominante en los países tecnológicamente desarrollados sufre una grave estrechez de miras y de prácticas, lo cual resulta en una instisafacción profunda de todos los componentes de la relación asistencial (pacientes, familias y profesionales).
La parcialización de enfoques y prácticas es especialmente llamativa y grave en la ?psiquatrización y psicofarmacologización de la vida cotidiana? (duelos, pérdidas, frustraciones, desarrollo infantil, trastornos psicosociales...), y en el estudio y cuidado de las psicosis y los trastornos mentales más graves. Aunque esta crisis coincide con una crisis teórica, técnica y pragmática del psicoanálisis, el autor mantiene que psiquiatría y psicología clínica siguen precisando del auxilio de enfoques como el psicoanalítico, orientado directamente a las relaciones interhumanas y la vida emocional.
A partir de este enfoque, el libro propone atender a los procesos de duelo y las pérdidas como una vía fundamental para acercarse a la psicología y la psicopatología de pacientes con psicosis y esquizofrenia.