Con el nombre de Alexandría Llibres, Alice Baumann y Àlex Pla abrieron la librería en 1986, en Sant Cugat, en el cambio de la estación de los Ferrocarrils Catalans. En pocos años, se convirtió en una librería generalista bien surtida, dinámica y arraigada a la población.
En 1999, Teófilo Pacheco asumió su propiedad y la librería inició una segunda época, con un equipo de libreros liderado por Álvaro Masllorens.
En 2005 Àngels Tolosa, hasta entonces trabajadora de la librería, pasó a ser su titular, con nuevos libreros entre ellos, ya lo largo de dieciséis años, David Oliva. Esta tercera época duró hasta el cierre, por su jubilación, en febrero de 2022.
En septiembre de 2022, después de un largo proceso de reforma integral del espacio y una renovación profunda, los socios Roger Grífols y David Oliva abrieron de nuevo las puertas de la Alejandría. El nuevo proyecto arrancaba con un propósito claro: ofrecer el mejor fondo posible, distinguiéndose sobre todo en ensayo (feminismos, historia y movimientos alternativos) y cómic europeo y estadounidense.
Iniciando el año 2023, Alejandría se consolida como librería de referencia, como organizadora de presentaciones literarias y de la popular Mesa de Escritores Locales, así como proveedora de libros para diversas entidades culturales del pueblo. El establecimiento, profundamente conectado con los fundadores de la Alejandría de 1986, es a la vez una idea de librería moderna, abierta y comprometida, al servicio de inquietantes lectores.
El 1 de abril de 2023, Alejandría pasa a ser La Salvaje Libros a todos los efectos, abriendo así una nueva etapa también a nivel de nombre. Paradójicamente, la nueva denominación refuerza no sólo la imagen y el logo que ya tenía la nueva librería, sino el carácter y la visión del proyecto en sí mismo: la de un oso poderoso, indomable y salvaje, a la vez que adaptable y persistente.
En La Salvatge creemos que no toda la literatura es igual y que precisamente por eso todos los lectores tienen intereses y gustos legítimos: como nosotros mismos, con nuestras manías y preferencias personales. Nos interesa que los clientes, fieles o pasavolantes, puedan remover y hojear, y estamos disponibles para asesorar y recomendar cuando se nos pide. Estamos convencidos de que la literatura no es una receta, ni sirve para aleccionar, ni enaltece el espíritu, ni nos hace necesariamente mejores; pero igualmente convencidos de que es una fuente de conocimiento y sobre todo de placer interminable, que contiene todos los universos posibles servidos a través de la escritura. Que hay mil motivos diferentes por leer, y muchas maneras posibles de hacerlo.
Trabajamos por ese placer, el de escuchar historias con los ojos, y no tenemos otra pretensión que hacerlo con eficacia. En estos tiempos de ideologías impermeables y de asfixiante corrección política, ser heterodoxos no nos resta valor, sino que es nuestra personal forma de resistir.